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NACIONALIZACIÓN DE LA BANCA EN MÉXICO La nacionalización de la Banca en México

ANTECEDENTES BANCARIOS

Durante los años cincuenta la banca mexicana comenzó a evolucionar hacia el modelo de banca universal, a partir de 1974 se tomaron medidas para dar paso a la existencia de un modelo de banca múltiple en México. De manera formal hasta 1975 los banqueros privados solamente actuaban como intermediarios financieros, el 16 de marzo se dictaron las Reglas para el Establecimiento y Operación de Bancos Múltiples mediante el cual se denomina al modelo de banca especializada como obsoleto, y se afirma que los bancos múltiples tienen mayor “estabilidad y potencial de desarrollo.” Por lo cual en este año comenzó un proceso de fusión y creación de bancos múltiples, entre los que destacaban Multibanco Mercantil de México, Banpacífico, Banca Promex, Banco de Crédito y Servicios y Unibanco. Posteriormente, el 22 de diciembre de 1978 se reforma la Ley General de Institucio nes de Crédito y Organizaciones Auxiliares, ya que se consideraba: Evidente que el equilibrio y la verdadera competencia en el sistema bancario no puede darse a través de la existencia de un gran número de instituciones si en éste se incluyen algunas sin viabilidad económica por su pequeña dimensión. Debe entonces procurarse que las ins tituciones de banca múltiple ocupen un lugar significativo dentro del sistema bancario.


ANTECEDENTES ECONÓMICOS

Algunos especialistas sitúan el inicio de la crisis en 1976, cuando bajo el mandato de Luis Echeverría Álvarez se realizó la primera devaluación del peso desde 1954. No obstante, debemos considerar que la disolución del tratado Breton Woods marcó el fin de una época, el proteccionismo se había vuelto una práctica anticuada; sin embargo, México continuó con su política “antidependentista” a través del reforzamiento del gasto público. De acuerdo con Carlos Tello durante el sexenio de Echeverría Álvarez hubieron numerosos intentos para aumentar los ingresos tributarios y aumentar el impuesto sobre la renta y sobre productos específicos. Tras la devaluación de 1976 distintos intelectuales debatieron la posibilidad utilizar los ingresos de la exportación del petróleo y préstamos internacionales para revitalizar la economía. Esta solución resultó útil por un tiempo, no obstante, tras bambalinas distintos economistas abogaban por liberalizar la economía y disminuir el papel del Estado, mientras que los economistas más tradicionales promovieron la intervención del Estado, el proteccionismo y los programas de bienestar social. Durante este periodo las utilidades bancarias aumentaron en un 1000%.

	A partir de 1978, año del auge petrolero, se adoptó una política de “administración de la abundancia,” que implicaba una expansión del gasto, que a su vez provocó el endeudamiento a nivel internacional, y afectaba directamente el desempeño de la banca.  La sorpresa llegó cuando durante el verano de 1981 disminuyó la demanda de petróleo y consecuentemente se disminuyó su precio, los precios de la onza troy de plata, del café y del algodón bajaron dramáticamente, y para emporar las circunstancias los Estados Unidos continuó el embargo atunero. La recesión estadounidense provocó una disminución en los ingresos turísticos y las tasas de inflación comenzaron a aumentar, por lo cual se acentuó el desequilibrio en la balanza de pagos.  Esto provocó que se llevara a cabo un recorte de 4% al gasto público con el fin de eliminar las presiones de la inflación. 

De acuerdo a la SEPAFIN (Secretaría de Patrimonio y Fomento Industrial), la situación no era tan preocupante como parecía pues el déficit no era “tan grave” y los problemas de la balanza de pagos eran totalmente corregibles. El banco de México y la Secretaría de Hacienda, por su parte, consideraban que el elevado gasto público contribuía a la inflación y sobrevaluaba el tipo de cambio; lo cual resultaba en el estímulo de las importaciones.

El 17 de agosto de 1981 el presidente José López Portillo pronunció su discurso más famoso en el que proclamaba “defenderé el peso como un perro.” Igualmente, los políticos se negaban a devaluar el peso, y el subsecretario de Comercio Exterior, Hector Hernández, declaró el 5 de octubre de 1981 que “México no devaluará el peso en corto ni a mediano plazo.” Dos meses después, en diciembre de 1981 el alza de precios se generalizó y el déficit de la balanza comercial resultaba innegable. Entre 1976 y 1981 la deuda del sector público había ascendido a los cincuenta mil millones de dólares.

1982: EL AÑO DE LA CRISIS

En los primeros meses de 1982 la caída en los precios del petróleo se agravó, representando un desplome de 14% en menos de un año. Para el 17 de febrero la deplorable situación de las finanzas mexicanas era innegable, por lo cual se optó por la devaluación del peso, como consecuencia de esta medida el Banco de México se retiró del mercado de cambios. Enrique Cárdenas argumenta que el aumento del salario mínimo del 10, 20 y 30% en marzo de 1982 provocó un cambio de precios relativos. En este periodo la fuga de capitales se intensificó, por ejemplo, las inversiones mexicanas en Texas aumentaron hasta los 16.4 billones de dólares. Fue durante Febrero de este año que el presidente encargó a Carlos Tello un proyecto para la nacionalización de la banca, ya que parecía la única solución viable para aliviar las penas económicas de la nación. No obstante, aún existía cierto grado de confianza en la economía nacional, muestra de esto fue el otorgamiento de un último préstamo por 2500 millones de dólares por parte de Bank of America y National West. Las fechas claves para entender este año son las siguientes: 1. 30 de julio: se revela el monto de la deuda externa 2. 2 de agosto: retiro de subsidios a productos energéticos y alimentos 3. 5 de agosto: segunda devaluación, doble paridad del dólar 4. 12 de agoto: cierre temporal del mercado de cambios y creación del mexdolar 5. 17 de agosto: triple valorización del dólar, conferencia del secretario de Hacienda 6. 21 de agosto: renegociación de la deuda y petición de prórroga de 90 días.


LA NACIONALIZACIÓN DE LA BANCA

En agosto de 1982 la fuga de capital alcanzó niveles nunca antes vistos. Como respuesta a esta situación se impusieron restricciones al tipo de cambio. Doce horas antes del anuncio de la nacionalización bancaria el presidente del Banco de México, Miguel Mancera, y el presidente del Banco de Comercio Exterior presentaron su renuncia. Jesús Silva Herzog también trató de renunciar a su cargo, sin embargo, López Portillo se negó a aceptarla. El primero de septiembre de 1982 Carlos Tello fue nombrado presidente del Banco de México, y en cuestión de días se impusieron las primeras medidas para la transición de la banca. El discurso de López Portillo pasaría a la historia como uno de las demostraciones más emocionales de un político mexicano, en el que declaraba: He expedido en consecuencia dos decretos, uno que nacionaliza los bancos privados del país y otro que establece el control generalizado de cambios… Es ahora o nunca, ya nos saquearon. México no se ha acabado. No nos volverán a saquear. En este discurso la crisis económica fue descrita como un fenómeno muy serio, pero transitorio. Aunado a los cambios económicos a nivel internacional, se encontraba el papel de los banqueros retratados como “vendepatrias,” es claro que el presidente López Portillo trató de distribuir la responsabilidad de la crisis entre las instituciones privadas, las dinámicas internacionales y el gobierno. Debemos destacar esta línea: "No hay otras explicaciones. Dentro de ellas admitimos nuestra responsabilidad; pero no nos responsabilizamos por ella. Como lo he dicho, soy responsable del timon, pero no de la tormenta."

El día 5 de septiembre Carlos Abedrop Dávila, presidente de la asociación de banqueros, publicó en los periódicos capitalinos su oposición a las medidas tomadas por el presidente. Al menos 56 bancos presentaron demandas en la Suprema Corte de la Nación, con el fin de detener el decreto de nacionalización, 49 de ellos fueron nacionalizados.

RECEPCIÓN EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Las respuestas ante la nacionalización bancaria fueron diversas, ya que periódicos como el New York Times y el Wall Street Journal calificaron esta medida como favorable para el estímulo de la confianza a nivel internacional. Por su parte, la opinión pública mexicana se dividió ante este suceso. El 3 de septiembre se llevó a cabo una marcha en apoyo a la nacionalización, pero tan solo un día después los bancos condenaron la medida tomada por el gobierno. La mayor parte del rechazo ante estas medidas provenía del sector privado mientras que el 56% de los estudiantes universitarios consideraban esta situación como algo negativo.

RECEPCIÓN POR PARTE DE LOS POLÍTICOS

El 5 de octubre se llevó a cabo un acalorado debate en la Cámara de Diputados en el que los representantes de los principales partidos políticos expusieron sus posiciones al respecto. Como era de esperarse los representantes del PAN y del PDM representaron los dos bastiones más fuertes de la oposición, a los cuales se sumó el PST.

BERNARDO BATIZ VAZQUEZ (PAN) "El país está en quiebra fundamentalmente por dos causas: la primera es el déficit presupuestal cada año superior al anterior y financiado por créditos sin medida y sin prudencia. La segunda es que estos créditos , en buena parte volvían al extranjero o se diluían en el país en altísimas comisiones a intermediarios, en compras y viajes de grandes comitivas[…] no aceptamos por tanto como valido el antecedente expuesto en el proyecto de reformas, tampoco aceptamos el razonamiento que le sostiene[…] no creemos que los causantes de la fuga de capitales sean tan solo los banqueros privados, muchos otros sectores participaron de esa culpa y quizá en primer término los funcionarios públicos que cometieron la indiscreción de avisar a sus allegados […] IGNACIO VITAL JÁUREGUI (PDM) Es un poco más hacia el totalitarismo enmarcado en un capitalismo de Estada, al conferir a la alta burocracia en el poder, nuevas armas para seguir aplastando la voluntad y la libertad de los mexicanos. Estas medidas van en contra de la voluntad de la nación manifestadas en las últimas votaciones en las cuales el pueblo dio la espalda a los voceros del totalitarismo comunista y dio su voto a favor de las libertades del pueblo de México… Crea un nefasto antecedente que abre la válvula de escape a futuros despojos que nos precipitarán más a la dictadura, a la perdida de nuestras libertades y al aumento de la corrupción

RICARDO GOVELA AUTREY PST Hace falta respetar las organizaciones de lucha de los trabajadores del campo y la ciudad: garantizar su Independencia respecto del poder público y de la clase explotadora. Esa es la razón por la que estamos en contra de que se limiten los derechos sindicales de los trabajadores bancarios al someter sus relaciones de trabajo al apartado V que impide la contratación colectiva y limita el derecho a la huelga"

Llama la atención que en los tres casos se califique la decisión como autoritaria y poco conveniente para el país. En el caso del PST, las demandas se encaminaron a las nuevas condiciones laborales que proponía el decreto de estatización de la banca debido a que se percibía que los trabajadores bancarios no tendrían acceso a los derechos que un sindicato podría garantizar. Por su parte, el PRI y el PPS se mostraron a favor de la nacionalización bancaria, y retrataron a los banqueros como “vendepatrias” y los responsabilizaron en gran manera por la crisis económica.

SALVADOR ROCHA DÍAZ (PRI) la banca privada mexicana actuó con falta de ética profesional bancaria en el mundo occidental […] además el sector bancario actuó con una falta de espíritu de libre empresa …


FRANCISCO ORTIZ MENDOZA PPS

Señoras y señores diputados: esto es muy simple. Esta es una decisión del pueblo mexicano. Nada más. Lo que tiene que hacer los señores del PDM y del pan es hacerse una limpia, es lo que tienen que hacer, les ha ido muy mal, y les va a ir peor, y si los señores del pan, los señores de edad ya ni modo, no pueden cambiar su cabeza, pero si hay algún grupo de jóvenes que estén con ellos, por desgracia para ellos, déjenlos que rehagan su conciencia y que se incorporen al movimiento revolucionario. Porque esta revolución señores, va allegar a puerto y va a construir un México cada vez mejor para todos los mexicanos.


LA INDEMNIZACIÓN:

El proceso de indemnización a las empresas privadas se formalizó por medio del decreto de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. En él se hacía referencia a los pago hechos anteriormente tras la nacionalización de la industria petrolera, que daba legitimidad histórica a esta medida. La indemnización se hizo en base a los dictámenes del Comité Técnico de Valuación. El pago de la misma sería hecho a través de bonos y la emisión se realizó por “las cantidades necesaria para cubrir la indemnización, y la capitalización de los intereses correspondientes del primero de septiembre 1982 al 31 de agosto de 1983.”

RESULTADOS DE LA NACIONALIZACIÓN En retrospectiva, los actores que pusieron en marcha la nacionalización consideran que esta medida fue un error. La nacionalización de la banca cambió el sistema financiero de forma permanente, deterioró la competitividad bancaria del país y se fortalecieron algunos intermediarios financieros que trataron de asumir el papel de la banca comercial privada. La banca no sería reprivatizada sino hasta la administración de Carlos Salinas de Gortari.


References[edit]

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